Las geishas se originaron como profesionales del entretenimiento; originalmente la mayoría eran hombres. Mientras las cortesanas profesionales brindaban entretenimiento sexual, las geishas usaban sus habilidades en distintas artes japonesas, música, baile, y narración.
Tradicionalmente, las geishas comenzaban su entrenamiento a una corta edad. Algunas jóvenes eran vendidas a las casas de geishas en su niñez, y comenzaban su entrenamiento en varias artes tradicionales casi inmediatamente.
Durante su niñez, las geishas a veces trabajaban como criadas o asistentes de las más experimentadas, y luego como aprendices de geisha durante su entrenamiento
Las geishas modernas aún viven en tradicionales casas de geisha llamadas okiya en áreas denominadas hanamachi, generalmente durante su aprendizaje, pero muchas geishas experimentadas eligen vivir en sus propios apartamentos.
Las geishas son contratadas para asistir a fiestas y encuentros, tradicionalmente en casas de té o tradicionales restaurantes japoneses. Su tiempo es medido según lo que se demora en consumirse un palo de incienso. El cliente hace el convenio a través del sindicato de geishas que mantiene el horario de cada geisha y hace sus citas de entretenimiento o entrenamiento.
Tradicionalmente, la geisha debe mantenerse soltera (o retirarse después del matrimonio), aunque no es poco común que tengan hijos. Mientras que los compromisos generalmente incluyen coquetear e incluso bromas sugerentes (no obstante codificados en maneras tradicionales), nunca incluyen actividad sexual, y una geisha no es pagada por sexo, aunque algunas pueden elegir tener una relación que incluya el sexo con algún cliente fuera de su rol como tal. Y debido a que estas relaciones están vinculadas con la capacidad del cliente de pagar por los servicios tradicionales, el argumento puede ser que es simplemente una manera complicada de prostitución.
Fue tradicional para las geishas tener un danna, o cliente habitual. Un danna era generalmente un hombre adinerado, algunas veces casado, que tenía recursos para financiar los costos del entrenamiento tradicional de la geisha y otros gastos considerables.
Se especula sobre la venta de la virginidad de las geishas y de su cuerpo a un solo cliente (hasta que el danna se cansara y entonces se buscaría otro), algo que era usual.
El maquillaje tradicional de las aprendices de geisha consta de una base blanca (originalmente hecha con plomo), el uso de lápiz labial rojo y adornos rojos y negros alrededor de los ojos y cejas.
Después que una geisha ha trabajado durante tres años, cambia su maquillaje a un estilo más apagado. La razón es que se ha vuelto más madura, y el estilo simple la muestra en su belleza natural. Para ocasiones formales la geisha madura aún utiliza maquillaje blanco. Para las geishas sobre treinta años, el maquillaje blanco es utilizado solo en bailes especiales que lo requieren.
Se pintan las nucas con dibujos, ya que para los japoneses la nuca equivale lo que para las personas de occidente son las piernas de una mujer.

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