lunes, 30 de noviembre de 2009


Se nos ocurre de manera muy simplista que bastaría con valorar a todas las personas como lo que somos: seres humanos. Si dejásemos de tratar a los demás como categorías diferenciables –y por lo tanto fácilmente excluyentes- o como mercancías cuantificables…

Tras estas reflexiones nos viene a la memoria el famoso monólogo de Shylock de El Mercader De Venecia de W. Shakespeare. Hoy bastará con sustituir la palabra “judío” por “mujer o niño(a) víctima de explotación y/o tráfico” (mañana, por desgracia, la podremos sustituir por otras muchas más):

Él me había avergonzado y perjudicado en medio millón, se rió de mis pérdidas y burlado de mis ganancias. Despreció a mi nación, desbarató mis negocios, enfrío a mis amigos y calentó a mis enemigos y cual es su motivo “Soy una MUJER”. ¿Es que una MUJER no tiene ojos? ¿Es que una MUJER no tiene manos, órganos, proporciones, sentidos, afectos, pasiones? ¿Es que no se alimenta de la misma comida, herida por las mismas armas, sujeta a las mismas enfermedades, curada por los mismos medios, calentada y enfriada por el mismo verano y por el mismo invierno que un HOMBRE? Si nos pincháis, ¿no sangramos? Si nos haceis cosquillas, ¿no nos reímos?, Si nos envenenáis, ¿no nos morimos? Y si nos ultrajáis, ¿no nos vengaremos?

Si nos parecemos en todo lo demás, nos pareceremos también en eso. Si una MUJER insulta a un HOMBRE, ¿cuál será la humildad de éste? La venganza. Si un HOMBRE ultraja a una MUJER, ¿qué nombre deberá llevar la paciencia de la MUJER, si quiere seguir el ejemplo del HOMBRE? Pues venganza. La villanía que me enseñáis la pondré en práctica, y malo será que yo no sobrepase la instrucción que me habéis dado.

(Las palabras en mayúscula son las modificadas del texto original según nuestro tema)


Además de esto, hemos encontrado el testimonio de una mujer obligada a prostituirse que denunció su situación y que consiguió encarcelar a aquellos que habían ejercido estas prácticas abusivas sobre ella:

“Vinimos a los Estados Unidos en busca de un futuro mejor, no para ser prostitutas ... Ninguna mujer o niña quiere ser una esclava sexual y soportar las maldades que yo he padecido. Temo por mi vida más que nunca. Ayudé a meter a esos malvados en la cárcel. Por favor, ayúdenme. Por favor, ayúdennos. Por favor, no dejen que esto le ocurra a alguien más”.

--María, sobreviviente del tráfico

Apesar de haber sobrevivido a una exclavitud sexual, María siente miedo por las consecuencias q su denuncia puede conllevar. ¿No creeis que estas mujeres ya sufren bastante como para que cuando consiguen salir no se las proteja? La valentía de estas mujeres les puede salir or un alto precio ¡PROTEJÁMOSLAS!



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