miércoles, 17 de marzo de 2010
No al tráfico de mujeres
Aquí tenéis un video muy concienciado en la lucha contra la trata de personas, en este caso mujeres y niñas.
lunes, 8 de marzo de 2010
8 de Marzo - Día de la mujer trabajadora.

Hace 100 años que la mujer accedió por primera vez a la universidad. Todo un hito que marcaría un primer paso en la formación superior de las estudiantes, el acceso a puestos de trabajo cualificados y salarios más elevados. Hoy, un siglo después, se puede aseverar que la mujer ha conquistado todos los ámbitos del mercado laboral, pero sin embargo quedan importantes retos por superar.
En esta fecha recordamos especialmente los derechos de las mujeres
"Los derechos humanos de la mujer y de la niña son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales. La plena participación, en condiciones de igualdad, de la mujer en la vida política, civil, económica, social y cultural en los planos nacional, regional e internacional y la erradicación de todas las formas de discriminación basadas en el sexo son objetivos prioritarios de la comunidad internacional." (Declaración y Programa de Acción de Viena, parte I, párrafo 18)
Un poco de historia
A veces, algunos hechos propician el nacimiento de las fechas conmemorativas, el Día Internacional de la Mujer no es la excepción. Pero hay varios hechos que marcaron la lucha por la obtención de derechos laborales y civiles de la mujer, que son los antecedentes de esta fecha tan importante. La más conocida la realización de una marcha convocada en el mes de marzo por el sindicato de costureras de la compañía textil de Lower East Side, de Nueva York, que reclamaban una jornada laboral de sólo 10 horas en mejores condiciones sanitarias. Posteriormente, sin cambios en las condiciones de trabajo, llevó a que en 1867 en otro mes de marzo, se desarrollara una huelga de planchadoras en Nueva York, quienes formaron un sindicato y pidieron un aumento de salarios. Luego de tres meses de huelga y protestas, las trabajadoras tuvieron que regresar al trabajo sin haber logrado nada. Por último, dentro de la lucha por mejores condiciones de trabajo en 1908, cuarenta mil costureras se declararon en huelga. Durante la misma, 129 trabajadoras murieron quemadas en un incendio en la fábrica Cotton Textile Factory, en Washington Square, Nueva York. Los dueños de la fábrica las habían encerrado para forzarlas a permanecer en el trabajo y no unirse a la huelga.
Las primeras conmemoraciones, luego de los hechos lamentables que sufrieron y sufrían las trabajadoras, se empezaron a celebrar a fines de febrero y principio de marzo como el Día de la Mujer impulsado por los partidos socialistas y comunistas de Estados Unidos y Europa. Para que en la Segunda Conferencia de Mujeres Socialistas en Copenhague, Dinamarca, el 27 de agosto de 1910 establecieron el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. A esta conferencia asistieron más de 100 delegadas de 17 países representando sindicatos, partidos socialistas y organizaciones de trabajadoras.
Una lucha que aún continúa
Las costumbres sociales, donde se premia el machismo y la violencia, las condiciones denigrantes de trabajo para las mujeres, la falta de oportunidades y la desigualdad laboral, son motivo de continua lucha. En estas ocasiones, las consignas de derechos ya adquiridos como el voto femenino son suplantadas para promover el respeto de otros.
La violencia y la falta de respeto de los derechos de las mujeres no sucede sólo en países remotos sino también aquí en España. Muchas veces, nosotros mismos somos testigos mudos de prácticas como el machismo y el maltrato como costumbre familiar y el cierre de centros de contención para mujeres golpeadas (considerado un gasto a pesar de las estadísticas que muestran el aumento de la violencia familiar). Asimismo, siguen existiendo los casos de costureras u operarias que trabajan en condiciones infrahumanas y la explotación sexual por parte de los soldados en la guerra y las mafias que las despojan de su hogar o las violan.
Hoy en día, como hace más de 200 años, continúa instalada en nuestra sociedad la desigualdad y la violación de derechos humanos. Por eso es importante conmemorar jornadas como el Día Internacional de la Mujer para lograr que un futuro igualitario sea posible todos los días para la mujer y para todos.
CONTRATO DE MAESTRAS DE 1923. Ahora os vamos a poner este contrato que hemos conseguido en el que podemos observar las desigualdades de la mujer no hace muchos años.
Este es un acuerdo entre la señorita................maestra, y el Consejo de Educación de la Escuela...................... por la cual la señorita.............acuerda impartir clase durante un periodo de 8 mese a partir del.... de septiembre de 1923. El Consejo de Educación acuerda pagar a la señorita .................. la cantidad de (*75) mensuales.
la señorita...................... acuerda:
1-No casarse. este contrato queda automáticamente anulado y sin efecto si la maestra se casa.
2-No andar en compañía de hombres.
3- Estar en su casa entre las 8:00 de la tarde y las 6:00 de la mañana, a menos que sea atender en función escolar.
4-No pasearse por heladerías del centro de la ciudad.
5-No abandonar la ciudad bajo ningún concepto sin permiso del presidente del Consejo de Delegados.
6-No fumar cigarrillos. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si se encuentra a la maestra fumando.
7-No beber ni cerveza, vino ni whisky. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si se encuentra a la maestra bebiendo cerveza, vino, o whisky.
8- No viajar en coche o automovil con ningún hombre excepto su hermano o su padre.
9- No vestir ropas de colores brillantes.
10- No teñirse el pelo.
11- Usar al menos dos enaguas
12- No usar vestidos que queden a más de 5 cm por encima de los tobillos.
13- Mantener limpia el aula.
a) barrer al menos el suelo una vez al dia.
b) fregar el suelo del aula al menos una vez por semana con agua caliente.
c) limpiar la pizarra al menos una vez al dia
d) encender el fuego a las 7:00 de modo que la habitación esté caliente a las 8:00 cuando lleguen los niños.
14- No usar polvos faciales, no maquillarse ni pintarse los labios
¿qué piensan ahora de los logros de las mujeres en los últimos 100 años? dejen sus comentarios.
lunes, 1 de marzo de 2010
EN BUSCA DE LA FELICIDAD
EN BUSCA DE LA FELICIDAD
Sonó el despertador, eran las 6 de la mañana, otro día más de duro trabajo y cansancio. “¡Nadia!” Oí la voz de mi madre. Me esperaba para recoger la cosecha y así poder venderla en el mercado por algunos euros. De todos los trabajos cotidianos, este era el más duro ya que en Rumanía la tecnología no está muy avanzada y una familia como la mía no disponía de los medios económicos necesarios para permitirnos ese lujo.
El día fue agotador por lo que me fui pronto a la cama. La cosecha estaba llena de barro por la fuerte tormenta de días anteriores pero debido a la sequía de todo el año, no fue muy productiva y apenas sacamos beneficios.
Pero no es esto lo que me inquietó esa noche, sino una carta que recibí unos días antes y que no me dejaba dormir desde entonces. En ella me proponían un viaje a España muy barato y me ofrecían trabajo y domicilio al llegar allí durante tres años. No sabía qué hacer, la oferta era tentadora ya pesar de que extrañaría a mi familia les podría enviar dinero todos los meses.
Después de haberlo analizado todo con detenimiento, decidí llamar al número que figuraba en la carta. Me aclararon las condiciones y acordamos que llegaría a España en dos semanas. Mi viaje sería en avión. Estaba ilusionada, nunca antes había subido a uno.
El viaje fue muy ameno, el avión no estaba nada mal y al llegar al aeropuerto me recogieron. Estaba un poco asustada por lo que podía encontrarme y además por no conocer el idioma de este país. Me llevaron a una gran casa donde había mas mujeres de otros países que parecían trabajar allí. Me llamó la atención sus ropas, demasiado escotadas y estrechas, por no hablar de sus faldas, muy cortas y de colores llamativos. Otras sin embargo llevaban vestidos elegantes pero igualmente llamativos ya que gran parte de su cuerpo quedaba al descubierto. Pensé que formaría parte de su uniforme, no había por qué alarmarse.
Después de 20 minutos de espera, me llevaron a un despacho, me dieron unas ropas, parecidas a las de las demás chicas con las que había estado anteriormente y me dijeron que mi primer cliente me esperaba en el hotel 'Rouseau' en dos horas. Les pregunté cual era mi misión y ellos me dijeron que me dejara llevar, que el hombre que me esperaba me informaría. También me dijeron que no pusiera oposición y que hiciera todo lo que el me dijera.
Llegué al hotel y busqué con la mirada alguna señal que me indicase quien era el señor que me esperaba. No me costó mucho encontrarlo, estaba sentado en un cómodo sillón de piel mirándome de forma despectiva. Se trataba de un alto ejecutivo, que vestía traje de chaqueta. Pero lo que más me llamó la atención fue el enorme puro que estaba fumando. Me acerqué a él tímidamente y con voz insegura le dije “¿me estaba esperando?”. No respondió, apagó el puro, sacó de su bolsillo unas llaves y me condujo a una habitación. Nada más llegar me dijo que me quitara la ropa, yo asustada obedecí. Entonces descubrí de que trataba mi trabajo.
Al cabo de unas horas salí del hotel con un fajo de billetes en mi bolsillo. Aturdida pensé en escapar y dejarlo todo, pero el recuerdo de mi familia hundida en la miseria me lo impidió. Regresé a la casa y le entregué a mi jefe el dinero. El me dijo que muy bien, que si seguía así mi sueldo aumentaría.
Esta ha sido mi vida desde que llegué a España hace ya 2 años. El vender mi cuerpo por un dinero que ni siquiera llego a ver me ha llevado a sentirme sucia, humillada y a dejar de valorarme como persona y como mujer. Lo único que me mantiene fuerte es el recuerdo de mi familia.
Durante todo este tiempo he convivido con muchas chicas que se encuentra en situaciones parecidas a la mía. Nos apoyamos en medida de lo que podemos. Todas hemos sido engañadas. Nos prometieron una vida mejor y esto es lo menos parecido a vivir.
Cuando creí que ya nunca saldría de este sitio me fijé en que se habían quedado la puerta abierta. Corriendo y con disimulo yo y otras compañeras nos atrevimos a escapar. Estábamos ya contentas por el buen resultado de esta hazaña cuando vimos que un coche torcía la esquina, ¡Eran ellos! Nos devolvieron a la casa y nos castigaron con más horas de trabajo, no nos dejaban descansar.
Hoy al fin he tomado una decisión. Los jefes saldrán hoy a una reunión muy importante y nos dejarán solas. Por supuesto, las puertas permanecerán cerradas pero he pensado que lo más posible es que no desconecten el teléfono. Así es, cuando abandonaron la casa fui directa al despacho de la jefa donde se encontraba el único que había en toda la casa. Marqué rápidamente el número de la policía y tal era mi nerviosismo que me confundí y tuvo que volver a repetirlo.
Hablé con una señora muy amable. Le conté la situación en la que nos tenían y me dijo que no me preocupara ni hiciera nada raro, en breves momentos enviarían a una patrulla para detenerlos.
Esperamos durante unos 10 minutos, y entonces oí la voz de mi jefa, hablando con una mujer cuya voz me resultó desconocida. En ese momento entró Pedro, su ayudante. Nos indicó que nos metiéramos todas en el sótano y que no se nos ocurriera hacer ruido, sino tendríamos un grave castigo. “¿Por qué harán todo esto?” pensé, y entonces recordé mi llamada a la policía y me di cuenta que estaban intentando hacer una tapadera. Escuché la conversación de las dos mujeres que se encontraban en el salón:
-Verá usted es que hemos recibido una llamada en la comisaría avisándonos de una red ilegal de prostitución en esta dirección-oí decir a una voz femenina desconocida.
-Debe de tratarse de alguna broma. Aquí sólo vivimos mi pareja y yo.
-Quizás me haya equivocado de dirección aunque espero q no le resulte mal que haga una pequeña revisión a su vivienda, solo por rutina, ya sabe.
-Claro, lo entiendo. Adelante.
Entonces escachamos unos pasos y como se abrían y cerraban puertas. Al cabo de unos instante, les oí hablar de nuevo:
-Ya se lo había dicho, no hay nada.
-Sí, siento mucho las molestias señora.
-Para nada, es su trabajo.
Entonces pensé que esta era mi última oportunidad. Eché a correr, Pedro intento agarrarme pero me zafé y conseguí salir y llegar hasta el salón mientras gritaba:
-”Estamos aquí! ¡Nos tienen encerradas!
En ese instante el policía se dio la vuelta sorprendido.
-¡¡No la crea!!.gritó mi jefa- Se trata de nuestra sirvienta que se le ha ido un poco la cabeza y la tenemos acogida en nuestra casa. Es extranjera la pobre y no tiene donde ir.
Pero en ese instante, todas mis compañeras consiguieron escapar también y alcanzar el salón con Pedro siguiéndolas.
El policía se dio cuenta de la verdad de todo este asunto y detuvo a Esther y Pedro. Nos llevaron a comisaría. Allí nos informaron que nos repatriarían a Rumanía dentro de unos meses. Antes debíamos tomar parte del juicio y dar nuestro testimonio en contra de Esther y los que habían participado en esta red de prostitución ilegal.
En ese momento me dio igual que los encerraron o no, yo sólo quería regresar a mi país con mi familia. Luego comprendí que mi testimonio era importante para evitar que a otras chicas les ocurriera lo mismo.
Conseguimos que el jurado los dictara culpables y la sentencia les obligaba a permanecer durante 15 años en la cárcel. A nosotras nos dieron una indemnización por los daños ocasionados y nos pagaron el viaje de vuelta a nuestros respectivos países.
Nunca creí que pudiera alegrarme tanto de ver a mi familia.
Espero que esta historia no le vuelva a ocurrir a ninguna mujer.
Sonó el despertador, eran las 6 de la mañana, otro día más de duro trabajo y cansancio. “¡Nadia!” Oí la voz de mi madre. Me esperaba para recoger la cosecha y así poder venderla en el mercado por algunos euros. De todos los trabajos cotidianos, este era el más duro ya que en Rumanía la tecnología no está muy avanzada y una familia como la mía no disponía de los medios económicos necesarios para permitirnos ese lujo.
El día fue agotador por lo que me fui pronto a la cama. La cosecha estaba llena de barro por la fuerte tormenta de días anteriores pero debido a la sequía de todo el año, no fue muy productiva y apenas sacamos beneficios.
Pero no es esto lo que me inquietó esa noche, sino una carta que recibí unos días antes y que no me dejaba dormir desde entonces. En ella me proponían un viaje a España muy barato y me ofrecían trabajo y domicilio al llegar allí durante tres años. No sabía qué hacer, la oferta era tentadora ya pesar de que extrañaría a mi familia les podría enviar dinero todos los meses.
Después de haberlo analizado todo con detenimiento, decidí llamar al número que figuraba en la carta. Me aclararon las condiciones y acordamos que llegaría a España en dos semanas. Mi viaje sería en avión. Estaba ilusionada, nunca antes había subido a uno.
El viaje fue muy ameno, el avión no estaba nada mal y al llegar al aeropuerto me recogieron. Estaba un poco asustada por lo que podía encontrarme y además por no conocer el idioma de este país. Me llevaron a una gran casa donde había mas mujeres de otros países que parecían trabajar allí. Me llamó la atención sus ropas, demasiado escotadas y estrechas, por no hablar de sus faldas, muy cortas y de colores llamativos. Otras sin embargo llevaban vestidos elegantes pero igualmente llamativos ya que gran parte de su cuerpo quedaba al descubierto. Pensé que formaría parte de su uniforme, no había por qué alarmarse.
Después de 20 minutos de espera, me llevaron a un despacho, me dieron unas ropas, parecidas a las de las demás chicas con las que había estado anteriormente y me dijeron que mi primer cliente me esperaba en el hotel 'Rouseau' en dos horas. Les pregunté cual era mi misión y ellos me dijeron que me dejara llevar, que el hombre que me esperaba me informaría. También me dijeron que no pusiera oposición y que hiciera todo lo que el me dijera.
Llegué al hotel y busqué con la mirada alguna señal que me indicase quien era el señor que me esperaba. No me costó mucho encontrarlo, estaba sentado en un cómodo sillón de piel mirándome de forma despectiva. Se trataba de un alto ejecutivo, que vestía traje de chaqueta. Pero lo que más me llamó la atención fue el enorme puro que estaba fumando. Me acerqué a él tímidamente y con voz insegura le dije “¿me estaba esperando?”. No respondió, apagó el puro, sacó de su bolsillo unas llaves y me condujo a una habitación. Nada más llegar me dijo que me quitara la ropa, yo asustada obedecí. Entonces descubrí de que trataba mi trabajo.
Al cabo de unas horas salí del hotel con un fajo de billetes en mi bolsillo. Aturdida pensé en escapar y dejarlo todo, pero el recuerdo de mi familia hundida en la miseria me lo impidió. Regresé a la casa y le entregué a mi jefe el dinero. El me dijo que muy bien, que si seguía así mi sueldo aumentaría.
Esta ha sido mi vida desde que llegué a España hace ya 2 años. El vender mi cuerpo por un dinero que ni siquiera llego a ver me ha llevado a sentirme sucia, humillada y a dejar de valorarme como persona y como mujer. Lo único que me mantiene fuerte es el recuerdo de mi familia.
Durante todo este tiempo he convivido con muchas chicas que se encuentra en situaciones parecidas a la mía. Nos apoyamos en medida de lo que podemos. Todas hemos sido engañadas. Nos prometieron una vida mejor y esto es lo menos parecido a vivir.
Cuando creí que ya nunca saldría de este sitio me fijé en que se habían quedado la puerta abierta. Corriendo y con disimulo yo y otras compañeras nos atrevimos a escapar. Estábamos ya contentas por el buen resultado de esta hazaña cuando vimos que un coche torcía la esquina, ¡Eran ellos! Nos devolvieron a la casa y nos castigaron con más horas de trabajo, no nos dejaban descansar.
Hoy al fin he tomado una decisión. Los jefes saldrán hoy a una reunión muy importante y nos dejarán solas. Por supuesto, las puertas permanecerán cerradas pero he pensado que lo más posible es que no desconecten el teléfono. Así es, cuando abandonaron la casa fui directa al despacho de la jefa donde se encontraba el único que había en toda la casa. Marqué rápidamente el número de la policía y tal era mi nerviosismo que me confundí y tuvo que volver a repetirlo.
Hablé con una señora muy amable. Le conté la situación en la que nos tenían y me dijo que no me preocupara ni hiciera nada raro, en breves momentos enviarían a una patrulla para detenerlos.
Esperamos durante unos 10 minutos, y entonces oí la voz de mi jefa, hablando con una mujer cuya voz me resultó desconocida. En ese momento entró Pedro, su ayudante. Nos indicó que nos metiéramos todas en el sótano y que no se nos ocurriera hacer ruido, sino tendríamos un grave castigo. “¿Por qué harán todo esto?” pensé, y entonces recordé mi llamada a la policía y me di cuenta que estaban intentando hacer una tapadera. Escuché la conversación de las dos mujeres que se encontraban en el salón:
-Verá usted es que hemos recibido una llamada en la comisaría avisándonos de una red ilegal de prostitución en esta dirección-oí decir a una voz femenina desconocida.
-Debe de tratarse de alguna broma. Aquí sólo vivimos mi pareja y yo.
-Quizás me haya equivocado de dirección aunque espero q no le resulte mal que haga una pequeña revisión a su vivienda, solo por rutina, ya sabe.
-Claro, lo entiendo. Adelante.
Entonces escachamos unos pasos y como se abrían y cerraban puertas. Al cabo de unos instante, les oí hablar de nuevo:
-Ya se lo había dicho, no hay nada.
-Sí, siento mucho las molestias señora.
-Para nada, es su trabajo.
Entonces pensé que esta era mi última oportunidad. Eché a correr, Pedro intento agarrarme pero me zafé y conseguí salir y llegar hasta el salón mientras gritaba:
-”Estamos aquí! ¡Nos tienen encerradas!
En ese instante el policía se dio la vuelta sorprendido.
-¡¡No la crea!!.gritó mi jefa- Se trata de nuestra sirvienta que se le ha ido un poco la cabeza y la tenemos acogida en nuestra casa. Es extranjera la pobre y no tiene donde ir.
Pero en ese instante, todas mis compañeras consiguieron escapar también y alcanzar el salón con Pedro siguiéndolas.
El policía se dio cuenta de la verdad de todo este asunto y detuvo a Esther y Pedro. Nos llevaron a comisaría. Allí nos informaron que nos repatriarían a Rumanía dentro de unos meses. Antes debíamos tomar parte del juicio y dar nuestro testimonio en contra de Esther y los que habían participado en esta red de prostitución ilegal.
En ese momento me dio igual que los encerraron o no, yo sólo quería regresar a mi país con mi familia. Luego comprendí que mi testimonio era importante para evitar que a otras chicas les ocurriera lo mismo.
Conseguimos que el jurado los dictara culpables y la sentencia les obligaba a permanecer durante 15 años en la cárcel. A nosotras nos dieron una indemnización por los daños ocasionados y nos pagaron el viaje de vuelta a nuestros respectivos países.
Nunca creí que pudiera alegrarme tanto de ver a mi familia.
Espero que esta historia no le vuelva a ocurrir a ninguna mujer.
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